¿Qué es el NFC?
Las siglas NFC corresponden a Near Field Communication, o “comunicación de campo cercano” en español. Se trata de una tecnología inalámbrica de corto alcance (normalmente hasta 10 cm) que permite la transmisión de datos entre dos dispositivos compatibles cuando están muy cerca uno del otro.
La esencia del NFC radica en su simplicidad: acerco mi smartphone a un terminal, y ¡listo! Se establece una conexión y se transfiere la información necesaria. Todo esto sin necesidad de emparejamientos manuales, contraseñas o configuración avanzada. Ideal para tareas rápidas como realizar pagos, emparejar dispositivos o validar billetes electrónicos.
Si alguna vez has usado una tarjeta de transporte como la de metro o incluso una tarjeta bancaria sin contacto, has tenido una experiencia muy similar a lo que ofrece el NFC. La diferencia, claro, es que ahora lo puedes llevar todo en el móvil.
¿Cómo funciona el NFC en tu móvil?
El NFC funciona mediante un chip incorporado en tu smartphone, que permite detectar otros dispositivos o sensores NFC cercanos. A diferencia del Bluetooth, el NFC no requiere emparejamientos largos ni códigos PIN. La conexión es casi instantánea y está pensada para durar apenas unos segundos, lo justo para ejecutar una acción específica como enviar un archivo o, lo más común hoy en día, realizar un pago.
La comunicación puede ser:
- Activa: ambos dispositivos generan un campo electromagnético para intercambiar información (por ejemplo, dos móviles enviándose archivos).
- Pasiva: un dispositivo activo (como tu móvil) interactúa con un chip pasivo (como el de una etiqueta NFC o terminal de pago).
Aquí es donde entra la magia de usar el móvil para pagar, validar entradas, conectar dispositivos Bluetooth o incluso automatizar tareas en casa. ¿Y todo a solo unos centímetros de distancia? Sí, casi parece magia… pero es pura tecnología.
¿Qué necesitas para pagar con el móvil usando NFC?
Para convertir tu teléfono en una “cartera digital”, necesitas cumplir con tres condiciones básicas:
- Que tu móvil tenga NFC: La mayoría de los smartphones Android de gama media en adelante, y todos los iPhones a partir del iPhone 6, incluyen NFC.
- Una app que permita pagos: Google Wallet (antes Google Pay), Samsung Wallet o Apple Pay son las más utilizadas.
- Una tarjeta bancaria compatible: Debes asociar una tarjeta de débito o crédito emitida por un banco que trabaje con estas plataformas.
En muchos casos, tu propia app del banco también permite pagos NFC sin necesidad de usar Google Wallet o Apple Pay. Merece la pena revisar las opciones que ofrece tu entidad bancaria actual.
Cómo activar y configurar el NFC para pagos móviles
El proceso difiere ligeramente entre Android e iOS, pero aquí te dejo una guía rápida para ambos sistemas:
En Android
- Ve a Ajustes > Conexiones o Dispositivos Conectados.
- Activa la opción NFC.
- Instala y configura Google Wallet (desde la Play Store).
- Agrega tu tarjeta bancaria: simplemente escanéala con la cámara o introdúcela manualmente.
Una vez hecho esto, puedes pagar acercando el móvil al datáfono. ¡Ni siquiera necesitas abrir la app!
En iPhone
- El NFC está activado por defecto, pero solo funciona con Apple Pay.
- Ve a Ajustes > Wallet y Apple Pay.
- Agrega tu tarjeta bancaria.
Para pagar, simplemente desbloquea el iPhone con Face ID o Touch ID y acércalo al terminal. Fácil, seguro y rápido.
Ventajas de pagar con el móvil
Es probable que si has llegado hasta aquí ya te estés preguntando: ¿por qué usar el móvil para pagar cuando ya tengo mi tarjeta contactless?
Buena pregunta. Aquí algunas ventajas a considerar:
- Comodidad: En vez de buscar la tarjeta física en tu cartera, solo necesitas tener a mano tu smartphone (algo que todos hacemos, admitámoslo).
- Mayor seguridad: Las apps de pago usan tokenización, lo que significa que nunca se comparte tu número real de tarjeta. Además, se requiere autenticación biométrica o PIN antes de realizar un pago.
- Historial actualizado: Muchas apps permiten revisar al instante tu historial de pagos, lo cual no siempre es posible con una tarjeta tradicional.
- Más higiene: Aunque ahora parezca obvio después de la pandemia, evitar tocar un datáfono es un plus.
Yo mismo empecé a usar Google Pay por simple curiosidad, pero acabé dejándome la tarjeta física en casa más veces de las que me gustaría admitir… ¡Y no la eché de menos!
¿Dónde puedes pagar con NFC?
La cobertura del pago móvil ha crecido exponencialmente. Hoy en día puedes pagar con el móvil usando NFC en:
- Supermercados y grandes cadenas de tiendas
- Pequeños comercios que acepten tarjeta
- Transportes públicos en muchas ciudades (como Madrid o Barcelona)
- Máquinas expendedoras
- Estaciones de servicio
Si un establecimiento tiene el símbolo “contactless” en el datáfono, es compatible con pagos NFC. Y si aún dudas, pregunta: “¿se puede pagar con el móvil?” Se sorprenderán de lo natural que se ha vuelto esta práctica.
Consejos prácticos para aprovechar el NFC
Además de pagar, el NFC tiene más utilidades. Aquí unos consejos para exprimir al máximo esta función:
- Comparte fotos o contactos al instante: Con funciones como Android Beam (aunque fue descontinuado) o apps compatibles, puedes enviar archivos simplemente juntando dos móviles.
- Automatiza rutinas con etiquetas NFC: Puedes comprar etiquetas NFC baratas y programarlas para activar WiFi, poner el móvil en modo avión, iniciar una playlist de Spotify o incluso controlar domótica. Útil en casa o en el coche.
- Abre puertas o valida billetes: Algunos hoteles y medios de transporte ya aceptan móviles como llaves electrónicas o billetes digitales gracias al NFC.
Una curiosidad: Yo tengo una etiqueta NFC en el salpicadero de mi coche. Cuando mi móvil la detecta, activa automáticamente el modo “No molestar”, inicia Google Maps y conecta con Spotify. ¿Futurista? Para nada. Solo es cuestión de sacarle partido a la tecnología que ya tienes en el bolsillo.
¿Cuán seguro es el NFC?
La preocupación por la seguridad es lógica. Después de todo, estamos hablando de transacciones financieras desde el móvil. Pero puedes estar tranquilo: la tecnología NFC utilizada en pagos móviles está reforzada por múltiples capas de seguridad.
Primero, la distancia extremadamente corta que exige el NFC hace que sea difícil interceptar la señal. Segundo, las apps de pago como Google Wallet y Apple Pay generan tokens únicos por transacción, protegiendo tu número real de tarjeta. Tercero, se requiere autenticación biométrica o PIN antes de autorizar el pago.
Un ladrón tendría que tener tu móvil desbloqueado, desbloquear tu huella o cara, e incluso acceder a la app… todo sin que te des cuenta. ¿Imposible? No. Pero bastante más difícil que robar una tarjeta física e ir de compras.
¿Qué hacer si pierdes tu móvil?
En el extraño caso de perder el móvil, aquí tienes un checklist rápido:
- Bloquea tu dispositivo con Google Encontrar mi dispositivo o Buscar mi iPhone.
- Desde esas plataformas puedes borrar los datos de tu móvil remotamente.
- Informa a tu banco o desactiva las tarjetas asociadas a pagos móviles temporalmente.
La buena noticia es que, si tenías protección biométrica activa, nadie podrá usar tu móvil para pagar sin tu cara o tu dedo. Y eso, salvo película de espías de por medio, es bastante reconfortante.
¿Vale la pena activar el NFC?
Rotundamente sí. Siempre que tu smartphone lo permita, el NFC es una de esas tecnologías que una vez pruebas, no quieres dejar de usar. No solo por los pagos (que son, sin duda, su función estrella), sino también por las múltiples posibilidades que ofrece para conectar, automatizar y compartir.
A fin de cuentas, ya llevamos el móvil para todo: para hacer fotos, escuchar música, organizar la agenda, consultar el clima… ¿Por qué no también para pagar?
Y si aún no lo has probado, este puede ser el momento perfecto para hacerlo. Te garantizo que, tras un par de compras, esa vieja cartera con tarjetas físicas empezará a quedarse olvidada en casa más a menudo.